Muchos no conocen quién es Federico Gutiérrez, el Fico como le gusta que lo llamen familiarmente, ese candidato greñudo y desordenado como queriendo darse un aire juvenil, siendo que, como dice la canción, hace mil años que dejó atrás su juventud, de la cual no tomó siquiera algunos aires renovadores propios de esa etapa de la vida.
No todos lo conocen, en Medellín sí por su paso por la Alcaldía, donde hizo y deshizo y contó con el beneplácito de la prensa antioqueña, aunque no se sabe si a cambio de pauta publicitaria.
Sí, es que Fico fue
conocido por su derroche en publicidad.
Entre 2016 y 2017, para citar dos años,
gastó más de 130 000 millones en autopromocionarse, como dijo un informe de la
Fundación para la Libertad de Prensa, citado por La Silla Vacía.
El último año fue peor,
con grandes informes en la gran prensa nacional.
Pero lo de despilfarrador
es apenas una de las aristas de este paisa desgualetado, que se las de bravucón
y que perseguía pillos montado en una patrulla, algunos de ellos atrapados con
ayuda ‘externa’ según reveló un reciente informe.
Como escribió el medio
universitario De la Urbe, trabajo que le generó un Premio Simón Bolívar, creó
una gran bodega en redes sociales dedicada a alabarlo, defender a Álvaro Uribe
y atacar a sus detractores.
La Corporación Nuevo Arco
Iris dijo en su momento que en esa bodega “le ayudan a difundir la
espectacularidad de sus acciones en “contra del crimen” al mejor estilo de los
reality show, sin siquiera afectar el índice de homicidios, ni la criminalidad
en la ciudad”. (Su show fue capturar jefes de bandas, pero estas siguieron cada
vez más fuertes).
Salidas en falso que lo
llevaron a acusar de delincuentes a ciudadanos honestos, como el caso del
futbolista Andrés Cadavid, quien adelanta una acción penal contra el inquisidor
sheriff.
El espectáculo incluyó un
helicóptero que donó la Policía, que dotó con una inversión de más de 6000
millones (plata es plata), el cual operó en las noches rompiendo la
tranquilidad a lo largo y ancho de la ciudad, con resultados discutibles, y que
en los partidos de fútbol se dedicaba a darle vuelta al Atanasio Girardot.
El derroche no terminó con
el llamado Ficóptero. Con una gran inversión construyó el corredor verde de la
Avenida Oriental, una obra que le cambió la cara al sector, hay que reconocerlo,
pero que fue mal planeada. A los pocos meses de terminada, fue necesario demoler
8 % de los 2,700 metros para construir los carriles del sistema masivo de
transporte del Metroplús, un daño que fue incluso criticado por el Concejo de
la ciudad en los primeros días de octubre de 2019.
Los visitantes al
histórico Parque de El Poblado vieron con asombro cómo fue reinaugurado tras
una inversión de $1390 millones, encontrando que había quedado casi igual a
como estaba antes.
Al terminar su mandato
tenía una alta aceptación, tal vez fruto en parte de la aquiescencia de la
prensa y de la cuantiosa inversión en autropromoción de esos meses finales de
una gestión más que cuestionable, en la que la seguridad fue su caballito de
batalla habiendo logrado, en efecto, que la delincuencia aumentara. No logró ni
siquiera alejar las bandas del Centro de la ciudad, como prometió en aquellos
primeros días en el despacho y tras una ‘toma’
rimbombante con toda la prensa detrás.
Ese es Fico, una gran mentira.
Maullido: Iván Duque también
resultó todo un avión.

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