Para el presidente de México, López Obrador, el petróleo es el futuro de
su país mientras acá se discute si impedir futuras exploraciones.
El petróleo se acabará, aunque hoy es imposible dejar de usarlo en el
corto plazo. La vida humana depende de él y se persigue por doquier.
Se buscan alternativas, algunas en ensayo.
Los humanos somos depredadores, los más grandes transformadores del
planeta que nos sostiene alterándolo para mal. No son solo los combustibles
fósiles. El 28 de julio acabamos los recursos naturales disponibles para todo
el año. A partir de ahí entramos en sobreexplotación.
Son la creciente población, la ambición y el consumismo que llevan a gastarnos
más de lo que puede darnos la Tierra, y no hay consenso sobre cuándo agotaremos
metales y otros elementos. Seguimos arrasando con todo. Los recursos son
finitos, la Tierra es finita.
De acuerdo con el WWF y su informe Planeta Vivo en solo 40 años las
poblaciones de las especies marinas se redujeron 39% y una de las causas es la
sobrepesca, casi 30% de las poblaciones evaluadas de peces que se capturan
comercialmente se pesca en exceso, aunque 38,5 millones de toneladas de peces
son desechados cada año.
Se siembran cultivos a costa de otros recursos para alimentar a la
población. La soya, el aceite de palma y la carne de vacuno son grandes culpables
de la deforestación de miles de hectáreas en América Latina y el sudeste de
Asia.
Se pesca para alimentar gatos y se deforesta para alimentar ganado, las
mascotas y personas.
En el mundo en 2021 había 15 000 millones de celulares (que consumen
elementos preciosos), casi el doble de la población y cada día se venden más y
más y se hacen filas para adquirir el último modelo.
Una investigación en Conmunications Earth & Environment, de Simon
Jowitt (University of Nevada) y colegas, sostiene que los metales no se
agotarán en 50 años como sugerían otras investigaciones y habrá por más tiempo
con el mejoramiento de los procesos de extracción y nuevos hallazgos, a pesar
de que el ritmo de recarga del planeta es de miles a millones de años (no todos
se recargan).
Un artículo en Discover afirma que hay elementos químicos que escasean y
son muy necesarios. Basta citar el litio para las baterías de celulares y
autos; el europio y el indio para los televisores y las pantallas táctiles; el
renio para los motores de los aviones; el telurio para los paneles solares; y
el disprosio para las turbinas a viento.
Entonces se exploran otros lugares en su busca. Se mira al Ártico, así
tenga moratoria, y comienzan operaciones para hurgar las profundidades marinas (ya
el litio escasea) generando otro impacto sobre la vida oceánica que extraemos
como alimento.
Empresas espaciales otean asteroides. De unos 20 000 conocidos más cerca
de la órbita de Marte, más de 700 son metálicos. Un asteroide de 800 metros de
longitud contiene dos veces la cantidad de platino de lo que se logra sacar en
las minas acá.
Y quizás llegará el día cuando se mire la Luna y además de cráteres se
vean las explotaciones a tajo abierto si se encuentran recursos de interés.
Para vivir seguiremos hurgando nuestro planeta hasta el fondo del mar
alterando los ambientes que nos dan vida y tarde que temprano habrá que salir
por más.
¿No habrá otra salida?
Maullido: qué susto darle vigencias futuras al alcalde de Medellín.
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