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¿No más petróleo?

 

El petróleo es el centro del debate en Colombia y Estados Unidos. Foto PxHere


Lo que sucede en Estados Unidos sobre los combustibles fósiles permite hacer un parangón con Colombia y resaltar las grandes diferencias políticas sobre el tema tanto allá como acá.

El gobierno de Joe Biden logró sacar la ley del clima, la más importante en la historia de ese país, que trae incentivos impositivos para tecnologías bajas en carbono con lo cual podría reducir emisiones 40 % a 2030 sobre los niveles de 2005. Para eso invertirá cerca de US$ 400 000 millones en 10 años en créditos fiscales para aumentar la adquisición de vehículos eléctricos y mover a las empresas de electricidad hacia fuentes renovables.

De no haberse aprobado solo alcanzaría una reducción del 27 % en carbono, lejos de lo requerido, principalmente por el cierre de plantas a carbón a cambio del gas natural más barato, y por el auge de vehículos eléctricos.

Se forzará a las empresas petroleras y de gas a pagar tarifas de hasta US$ 1500 por tonelada para compensar por el exceso de filtraciones de metano, potente gas de invernadero.

Estados Unidos no dejará de usar sus combustibles fósiles, los seguirá explotando, incluso con el cuestionado (también allá) fracking, pero hoy a un precio diferente: hay zonas vedadas, situación que no se vivió en el gobierno de Trump que autorizó explotaciones en algunas reservas.

A diferencia de los estadounidenses, el gobierno de Gustavo Petro prohibirá el fracking y no autorizará nuevas exploraciones petroleras. El país tiene reserva para menos de 10 años y busca una transición energética que no podrá darse por las condiciones tecnológicas antes de 10 a 15 años. Pero será el comienzo.

Colombia no es gran emisor de CO2, alrededor del 0,4 % del total mundial, mientras Estados Unidos es el segundo mayor contaminante (superado por China).

Nuestro país quiere aportar así a la luchar contra el calentamiento, aunque debe aclarar cómo remplazar los recursos que genera el sector hidrocarburos: 5% del PIB y 40% de las exportaciones,

En el caso norteamericano la nueva ley significará un impulso para otros que dudaban ante las dificultades que tuvo el gobierno de Biden.

Para evitar el peor impacto del cambio climático, el mundo requiere cortar las emisiones de CO2 de 15 000 a 30 000 millones de toneladas a 2030 según un informe de Naciones Unidas.

La ley de Estados Unidos acelerará la tendencia a reducir emisiones en el sector eléctrico y de transporte, y mejorará las condiciones para las turbinas de viento, los paneles solares y otras tecnologías.

Acá falta ese impulso adicional para aumentar en grado exponencial las renovables. Una propuesta del gobierno Petro es no autorizar más embalses que alimenten hidroeléctricas pudiendo ser este el empuje requerido.

Todos estos avances e iniciativas penden de la alternancia en el poder entre los matices de derecha y de izquierda. Aquellos no creen en el cambio climático o no lo consideran gran amenaza. Para ellos hay que explotar los recursos fósiles sin cortapisas para generar riqueza.

Los otros ven con preocupación el calentamiento y han tratado de reducir el uso de esos combustibles (con un estancamiento temporal ante el recorte a Europa del gas ruso por la guerra con Ucrania).

Cuando cambia el gobierno de una tendencia a otra no es extraño que desmonte las medidas del anterior.

En nuestro país el uribismo levantó su voz contra las propuestas de Petro para el manejo energético, mientras en Estados Unidos los republicanos en bloque no apoyaron la nueva ley pero es en los estados donde se observa un enorme contraste: más de 20 han pasado leyes para reducir las emisiones, mientras 17 impidieron que los municipios obligaran a las nuevas edificaciones a no usar el gas y en su defecto emplear energías limpias y estimulan el uso del carbón.

Las victorias, entonces, pueden ser temporales. Solo la continuidad de un sector en el poder permitiría reforzar las acciones a favor o en contra de los combustibles fósiles.

Un panorama poco claro frente a la necesidad de impedir que la temperatura del planeta sobrepase los 1.5 a 2 ° Celsius frente a los años 1700.

Maullido: no dejan de inventar mentiras sobre la reforma tributaria. Qué cosa.

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