Las cifras entregadas por el Cerac sobre la alta migración de
colombianos, jóvenes en particular, pone a pensar sobre cuáles serán las
razones. Y no existe un solo motivo para que 547 000 nacionales se hayan ido al
exterior en 2022, una cifra que así cuestione Migración Colombia es de todas
maneras altas.
Queda uno preocupado, aunque se reconozca que la migración es un
fenómeno global hoy con el mundo tan interconectado y tantas facilidades para
viajar. Sin embargo, no es fácil dejar familia y amigos atrás ni todo lo
vivido. Entonces, ¿qué los motiva?
Lógico, como explicaba un experto en El País de España, la devaluación
de la moneda hace atractivo viajar a economías más fuertes. Pero no puede ser
la explicación para todos los casos.
Hace pocas semanas, en uno de los acostumbrados retos en Twitter,
preguntaban a los usuarios si pudiera devolverse a los 18 años, diga tres
palabras que lo definirían o que dirían. Me llamó la atención que varias
personas pusieron algo así: Vete de Colombia.
¿Hay incentivos para permanecer acá? El 58 % de los migrantes son
menores de 40 años, en plena etapa laboral de la vida.
Y es que el país sigue convulsionado. Una polarización cada vez más
fuerte (lo cual no es malo por sí) que se manifiesta con agresiones de toda
clase en redes sociales, y un futuro poco claro para la juventud. No en vano
las protestas de 2020 para acá. Hoy cientos de miles son víctimas de la
precarización laboral, con altas exigencias en tiempo y salarios insuficientes
e inadecuados, como la famosa prestación por servicios que impide estabilidad,
ahorrar algún dinero y niega el descanso. Un panorama que los empresarios y algunos
políticos llaman simplemente como flexibilidad, que en todos los casos los
favorece mientras afectan al empleado (propuestas como el trabajo por horas o
por días, que embargarían además el futuro pensional).
Hay otros factores que explicarían en parte la migración. Uno es la no
consolidación de la paz que hace invivibles ciertos territorios y aunque se
viva en las grandes ciudades, se mantiene la zozobra.
La inseguridad urbana es cada vez más notoria. Es queja diaria en redes
de habitantes de Bogotá, Medellín, Barranquilla y Cali, para solo citar cuatro.
La corrupción es noticia diaria, enviando el mensaje contundente de que es un
camino mejor que los méritos y la decencia.
Es una conjunción de factores y situaciones que obligan a los jóvenes a
pensar si no hay más futuro en otros países.
Uno de cada 100 colombianos emigró en 2022. Desde finales del siglo
pasado, eran alrededor de 200 000 por año, más de cuatro millones en dos
décadas. Y no es exageración. Basta mirar los partidos de fútbol de la
Selección Colombia en Estados Unidos, uno de los destinos favoritos, llenos de
camisetas amarillas, sea en la ciudad que sea.
El éxodo es real, así haya cifras que se controviertan. Todos tenemos un
familiar o amigo que vive en otro país. España, Portugal, Francia son otros
destinos, aparte de algunos países latinoamericanos como México, Chile y
Argentina.
Una reciente encuesta CID-Gallup mostró que 47 % de los colombianos
consultados se quiere ir del país. En enero, de acuerdo con Cerac, aumentó 2.3
% la migración frente a enero de 2022. Las razones están vigentes. Los mensajes
de cambio del nuevo gobierno no llegan a todos y no parecen suficientes para
calmar el éxodo, entre otras porque no hay claridad frente al mejoramiento de
las condiciones laborales, el régimen pensional y las oportunidades educativas,
entre otros asuntos inquietantes.
¿Logrará el gobierno hacer atractiva para los jóvenes -todos, no solo
para algunos- la permanencia en el país? Una situación en la que deben aportar empresarios y políticos también.
Es el reto, porque el desangre actual vaticina días peores ante el
envejecimiento poblacional y la necesidad de contar con la creatividad y el
empuje de la juventud.
Maullido: con los precandidatos en Medellín y Antioquia vamos de Guatemala
a Guatepeor.

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