Pueden ser tres victorias pequeñas pero significativas para sus comunidades y amplios sectores de la población, en un mundo en el que parece prohibido pensar un mundo sin petróleo ni carbón.
Claro, y es un golpe duro en la cara de políticos, empresarios y
gobernantes que interponen intereses personales y el dinero sobre el bienestar
colectivo.
Son tres casos para resaltar. Y el primero es que seis de cada 10
votantes en Ecuador rechazaron la explotación petrolera en los yacimientos del
Parque Nacional Yasuni, donde viven varios pueblos indígenas, algunos en
aislamiento.
Primera vez en el mundo que ciudadanos hacen que el petróleo permanezca
donde hoy debería estar: enterrado.
“…sugiere que la gente está proponiendo un modo diferente de vivir”,
dijo a New York Times la activista anti minas Monserrat Vásquez.
Sucedió pocos días después de que un juez en Montana, Estados Unidos,
concediera la razón a 22 niños y jóvenes, de 5 a 22 años, que demandaron al
Estado por no tener en cuenta en los proyectos de extracción de combustibles
fósiles el daño climático.
Montana es gran productor de petróleo y de carbón; de hecho, un tercio
de su energía proviene de este. Tiene activos unos 5000 pozos de gas y 4000 de
petróleo. Aunque la decisión del juez será apelada, sienta un precedente.
En otros estados, Hawái, Utah y Virginia grupos de jóvenes también
tienen demandados a sus gobiernos por la inacción climática. (Hay gobiernos estatales
y de ciudades que litigan contra las grandes petroleras como Exxon, Chevron y
Shell por no haber informado a tiempo, pese a que lo sabían, sobre los efectos
climáticos de los combustibles fósiles).
Como era de esperar, el vocero del fiscal general de Montana expresó su inconformidad
indicando que los de Montana “no pueden ser culpados por cambiar el clima”.
El tercer hecho se registró en Envigado, Colombia, donde ciudadanos lograron
que el máximo tribunal de justicia del país respaldara su petición de limitar
la construcción de viviendas en el sector del El Esmeraldal por la afectación a
las fuentes acuíferas y el medio ambiente.
Tres ejemplos de que sí es posible luchar contra quienes están afectando
la vida de todos los seres vivos y que solo ven en el petróleo y demás
combustibles fósiles la manera de lograr desarrollo y obtener mucho dinero.
Y son los jóvenes los que están luchando por el derecho de todos a una
vida sana. En Europa cala el mensaje de la valiente activista sueca Greta
Tunberg, mientras en Estados Unidos se unen en diferentes grupos, como Our Children
Trust que ganó el caso en Montana. En Colombia, pese a todo, hay muchos
ambientalistas, de hecho con frecuencia están en la mira de los violentos, pero
faltan acciones ante jueces y tribunales para defender el medio ambiente en
ciudades y regiones. Si bien se han ganado algunas batallas, como lograr que ríos
como el Atrato sean considerados sujetos de derechos, el beneficio no se nota todavía.
Estos tres logros nos muestran además que, aunque los gobernantes hagan
acciones por el medio ambiente, como sembrar árboles, hacen mucho de
ecoblanqueo también y han permitido situaciones como el desastre de la intensa
urbanización en las ciudades en desmedro de zonas verdes y árboles,
contribuyendo al aumento de la temperatura urbana en casi todas las ciudades.
La respuesta del establecimiento es dura contra quienes defienden la protección
ambiental y se oponen al creciente uso de combustibles fósiles que han generado
el caos climático en que vivimos (si no, adviértase la cantidad de incendios forestales
en países del norte con centenares de muertos y pérdidas por miles de millones
de dólares). Un caos que también nos está afectando ya en Colombia.
No olvidemos que fue muy dura, exagerada y hasta mentirosa la respuesta ante
la intención del actual gobierno de acelerar la transición energética y
depender menos del petróleo, demostrando nuestros políticos y dirigentes que no
conciben vida más allá de los combustibles fósiles.
Por todo esto hay que celebrar las tres grandes victorias de los últimos
días. Hasta que llegue el día cuando activistas se animen a llevar ante los
jueces a gobernantes y empresarios que están afectando el derecho a gozar de un
ambiente sano para todos.
Maullido: ¿no habrá nadie capaz de ponerle tatequieto al enloquecido
fiscal Barbosa?

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