Aunque en un Estado de derecho quienes tienen más deben aportar para que
quienes tienen menos salgan adelante, no es el caso con los taxistas y todos
los colombianos tendremos que seguir pagándole a cada uno un subsidio mensual
de entre $80 000 y $100 000 mientras a los demás nos lo quitan. No es justo y
veremos porqué.
Es un subsidio a la gasolina por el alza mensual en la idea del
gobierno, con justa razón, de eliminar el subsidio a los combustibles.
En el país, de acuerdo con el diario La República, cifras de 2020, había
en las principales ciudades 211 000 taxis (pueden ser más considerando todo el
país); de estos, unos 54 000 en Bogotá, 19 900 en Medellín para dar dos
ejemplos.
A 2022 en el país circulaban 17 020 461 vehículos, de estos 10.1
millones eran motos y solo 6.7 millones de autos, buses, camiones, camionetas y
volquetas. Y, claro, taxis.
En 2021 el transporte público urbano movilizó 455 millones de pasajeros,
la inmensa mayoría en sistemas integrados y masivos, como el metro,
Transmilenio y similares, y buses, busetas y microbuses. El transporte informal
se lleva otra tajada.
No son los taxis los que más pasajeros mueven y en las grandes ciudades,
en ciertas zonas y horas pico contribuyen a la congestión también, tal como los
vehículos particulares (la preferencia la deberían tener buses y sistemas
integrados).
Una de las medidas sugeridas por los organismos internacionales para
reducir algo el uso de combustibles fósiles en el transporte y así reducir la
carga de emisiones de gases y estimular tecnologías limpias, es la eliminación
al subsidio, que vale aclarar no solo se brinda a quienes tienen vehículos sino
a las petroleras y gasíferas. Que se pague lo que en realidad cuesta en el
mercado, un asunto espinoso que en algunos países ha generado protestas cuando
se ha intentado quitarlos.
Vemos que los taxis no son los vehículos que más pasajeros mueven. Es
más, durante buena parte del día se observan filados en los centros de acopio y
estacionamientos autorizados. En contraste, muchas personas tienen su vehículo
(auto o moto) como medio económico, sea transportando mercancías o surtiendo su
negocio, por ejemplo.
A aquellos se subsidia, mientras a estos se les elimina esa ayuda. Y
deberían estar en este caso todos en la cama o todos en el suelo, viéndolo bien
mejor todos en el suelo: sin los nocivos subsidios que exigen cuantiosos
recursos que podrían destinarse a otras necesidades más apremiantes y menos
contaminantes.
Son ya algo más de 17 millones de vehículos en circulación y muchas
personas tienen más de uno, comenzando por dueños de taxis y otros transportes de
pasajeros. Es decir, la mayoría de los colombianos no tiene ni moto ni auto.
Hay sectores como en la zona nororiental de Medellín, por ejemplo, en donde la
mayoría de los viajes se hacen a pie. Esos andantes también subsidiarán a los
taxistas.
Todo esto aparte de otras consideraciones que son importantes en este
asunto: el servicio de taxis se ha deteriorado, tanto que las app de transporte
han copado parte del nicho; en distintas ciudades y sectores el taxi es
sinónimo de inseguridad; y no pocos vehículos prestan e servicio en malas condiciones
estéticas, mecánicas y de seguridad.
Como de todas maneras transportan pasajeros, la solución ideal sería
aumentar las tarifas: que pague quien lo usa, no todos los colombianos.
Hay que ser solidarios, pero con quienes en verdad lo necesitan.
Maullido: Cada ocho días Germán Vargas se las da de defensor de la moral y miren lo que es Cambio Radical.

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