No puede pasar un día sin un nuevo escándalo en este país que opaca al
anterior y si no lo hay se inventa hoy que las redes sociales se convirtieron
en el campo de tiro favorito de todos, en las que impera la ley del que más
vocifere o maltrate.
Entonces comenzamos el año con el escándalo de la quitada de los Juegos
Panamericanos a Barranquilla por negligencia de funcionarios de este gobierno,
que trata de enmendarlo buscando que se le devuelvan a esa ciudad que ha estado
más acostumbrada, por sus dirigentes y gobernantes, al circo que al pan.
Bueno, de todas maneras los Juegos son importantes para nuestros
deportistas y dejan billete. Entonces comenzaron a gritar en redes que era una
vergüenza internacional haberlos perdido, como si de eso se tratase nuestro futuro
o el de la región caribeña.
No. Hay muchos otros asuntos que sí son una vergüenza ante el mundo,
comenzando por los 6402 falsos positivos, la mayoría en el nefasto gobierno de
Álvaro Uribe Vélez y su ministro de Defensa Juan Manuel Santos, quien trató de
enmendarlo concediéndole inmunidad diplomática, una que lo arrastrase a él
también. Eso sí es vergüenza mundial.
¿Cómo no lo va a ser que en el Ministerio de las TIC se pierdan $70 000
millones que debían beneficiar a escolares de apartadas regiones, esos que solo
salen en las noticias por malas noticias?
Todavía hay quienes defienden a la flamante ministra de entonces, Karen
Abudinen, tal vez porque esos casos se han vuelto comunes y de la corrupción viven
muchos políticos y ciudadanos. Porque también es una vergüenza internacional que
se roben una y otra vez el dinero para alimentar a aquellos escolares olvidados
que con hambre tratan de salir adelante en unas aulas que carecen de los
elementos necesarios para una buena educación.
Escándalo de proporciones internacionales que el gobierno de Iván Duque
haya reprimido con violencia las protestas de los jóvenes en 2021 que dejaron al
menos 25 asesinados por la fuerza pública, y se haya sentido satisfecho por
ello, pavoneándose con uniforme policial.
Debería avergonzarnos ante el mundo el informe de Human Rights Watch de
estos días que revela a todos los países que acá no se ha logrado brindar
seguridad a las regiones y se siguen presentando distintas clases de violencia
contra muchas comunidades, tales como el asesinato de sus líderes.
La lista de vergüenzas es más larga y se podría incluir a Agro Ingreso
Seguro, programa con el que se desvió el dinero para los necesitados campesinos
o el robo de tierras y el asesinato de sus reclamantes.
Parece que en Colombia nos nutriéramos de escándalos y como se suceden
uno tras otro hasta hechos sin tanta importancia son considerados por muchos
como el acabose del mundo, en especial si de opositores al gobierno de turno se
trata.
Ojalá se recuperen los Juegos, más por nuestros deportistas que por
otras razones pues a veces no nos merecemos las cosas. Es que por situaciones como
las descritas no somos ejemplo internacional para copiar.
Maullido: al periodismo tradicional colombiano se le olvidó
contrapreguntar si se trata de alguien que ataca a este gobierno.

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