Ojalá, como dice la canción, le vaya bonito al gobierno de Gustavo Petro en estos meses que quedan. Eran 18, pero se perdió febrero con el remezón ministerial.
Si le va bien, a todos nos iría mejor. Pero, ¿se podrá? La alta rotación de ministros con seguridad
ha incidido en la baja ejecución, con el agravante de haber nombrado a varios
en carteras para las cuales no estaban preparados y se sigue viendo hoy, como el
ministro de Educación.
Será difícil que cambie el
panorama. Petro es Petro y no cambiará. Seguirá anunciando obras imposibles,
regañará a los nuevos ministros e incrementará su lenguaje a favor de las
luchas y la acción populares, y los ataques contra quienes no estén con él.
Ojalá le vaya bonito y acierte esta vez, en medio del amplio rechazo por rodearse con personajes como Benedetti, politiquero tradicional y con serios reparos éticos y legales.

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