¿Qué es el pueblo, qué el poder popular? ¿Los que siguen solo a Petro?
¿Y qué pueblo votó en tantas otras elecciones?
La consulta popular, el tema que da tanto para hablar. Por decreto o no.
Si se cumple la amenaza del presidente Gustavo Petro, ¿en dónde quedan las
instituciones democráticas si ante cualquier negación de iniciativas -ahora y
en el futuro- se puede obviar al legislativo? Este es el punto álgido de esta
coyuntura nacional.
Sea un sistema imperfecto o no, los congresistas fueron elegidos por
voto popular, no todos comprados ni con artimañas y representan las principales
fuerzas políticas.
Si no se tienen mayorías, cualquier gobierno democrático en el mundo
puede naufragar. En otros países, nada qué hacer, acá hasta este gobierno que
prometió el cambio negoció con cuotas burocráticas y algo más, como el enorme
caso de corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo y
Desastres, que tiene encartados a altos funcionarios y hasta un exministro.
Sí el Congreso está dominado por fuerzas reaccionarias de derecha, más
alineadas con los poderosos, con el capital y los empresarios y no con el resto
de los mortales colombianos, ese es el devenir histórico hoy en el país y así
sucede desde hace décadas (siglos) y eso no se cambia con rabietas ni discursos
sobre la usurpación del poder popular.
Parece que este gobierno nunca entendió que iba a tener una oposición
férrea, que se ha valido de toda clase de herramientas y medios, rayando
incluso en la ilegalidad y claramente nada éticas. El duro establishment.
No se puede estar llamando a movilizaciones cada que se niega un
proyecto, no cabe en ningún gobierno, de derecha o izquierda, no en este, que
deja mucho que desear en materia de ejecución con más de 50 ministros en 34
meses y 50 viceministros cambiados porque no sirvieron.
¿Qué pasará si la Corte niega la validez de la consulta por decreto?
¿Serían los magistrados otros que traicionaron al pueblo?
Queda también la duda de que si la consulta sea aprobada reciba los votos
suficientes y de los tiempos que corren para su convocatoria y realización. El
gobierno ha perdido convocatoria con tantos llamados a la calle y no es menor
el número de votantes que se requieren.
Repiten en redes los influentes del gobierno que se le tiene miedo al
pueblo, que la convocar al pueblo es un derecho constitucional, pero no van al
fondo. El problema está en las formas y en la discusión legal sobre la forma
como fue negada la consulta en el Senado, como en un hecho incontrovertible: la
carencia de mayorías y el desconocimiento de la rama legislativa si se cita por
decreto.
Nada augura que lo que resta hasta que se clarifique la actual coyuntura,
apruébese o no la consulta, se convoque o no y se ejecute o no, no esté plagado
de más encontrones entre el gobierno y el legislativo, de gritos y amenazas.
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Andrés Julián Rendón y sabe a vacuna.

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