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Llamados a aniquilar la izquierda

 


El asesinato de dos personajes de la extrema derecha, un activista en Estados Unidos, Charlie Kirk, y un pálido político acá, Miguel Uribe, empieza a desatar una cacería contra todo lo que sea o se crea que es de izquierda.

Las redes sociales, tanto allá como acá, rebosan en mensajes de odio pidiendo venganza y el exterminio de todo lo que sea izquierda.

Acá han tenido el descaro muchas de esas voces de afirmar que están exterminado a la derecha por un solo, cruel y lamentable asesinato.

Allá, Trump y voceros de su gobierno han echado la culpa de lo sucedido a la violencia verbal, esa que ellos mismos exacerban, pero no ven y achacan solo a los demócratas. Acá la derecha sigue ignorando el atroz exterminio de la Unión Patriótica y el continuo asesinato de firmantes del Acuerdo de Paz y de líderes, muchísimos de ellos con pensamiento progresista.

La cadena ABC, bajo presiones del gobierno, suprimió el programa del presentador Jimmy Kimmel por un comentario sobre Kirk y su asesino.

Dijo ya el colorado presidente norteamericano que irá tras todos los medios que hablen algo malo del ahora considerado mártir estadounidense (ya se estableció un día para honrar su memoria cada año) o que difundan ideas liberales. O que lo critiquen a él. Así está la cosa.

Acabar con la izquierda violenta, con la ideología de izquierda, como repiten día a día los republicanos del gobierno. Esos que callaron cuando fue asesinada la presidente de la Cámara de Representantes de Minnesota, Melissa Hortman, en junio pasado.

Lo vivimos ya con mucha frecuencia entre columnistas acá. Cito el artículo de María Clara Posada en el diario de la extrema derecha antioqueña, El Colombiano, en el cual, por el asesinado de Uribe, afirma que la izquierda usa elementos discursivos de eliminación del adversario, para luego agregar sin titubeos:

“La izquierda no es un contradictor legítimo en el terreno de las ideas; es un verdugo que combina todas las formas de lucha, desde la bala hasta el expediente judicial, para aniquilar al adversario. Hasta que no entendamos esto, seguiremos atrapados en un sentimiento de culpa inoculado que nos paraliza, impidiéndonos defender con valentía lo bueno y repudiar lo malo”.

Desconoce así que existan ideas diferentes a las suyas y asimila al pensamiento progresista con la lucha a punta de balas, ignorando que la mayor violencia durante el conflicto armado en los últimos 40 años la ejercieron los paramilitares de derecha. Y llama a defender “los valores que nos hicieron civilización” (solo los de su clase).

Los supremacistas gringos, que ahora parecen ser todos los republicanos, comparan a Kirk con Martin Luther King (él, que odiaba a los negros y las demás minorías), acá muchos consideran a Miguel Uribe otro mártir, mártir que en vida defendía los derechos de solo el sector privilegiado de la sociedad.

Para la derecha colombiana y columnistas como la señora Posada, no hubo exterminio de la UP, ni fueron asesinados candidatos de izquierda en el pasado, como Bernardo Jaramillo, Carlos Pizarro.

Esos sí que representan la aniquilación del otro, por la que propenden cada vez con mayor fuerza, envalentonados allá por Trump y acá por sus fieles seguidores, pues no se puede desconocer que, para políticos y dirigentes de la derecha colombiana, el estadounidense republicano es el modelo a seguir.

Si llegaran al gobierno en 2026, ya sabemos lo que le espera al país, más con una derecha resentida por no haber gobernado estos cuatro años y ver caer varios de sus inmerecidos beneficios.

Miremos que varios de sus líderes en campaña han endurecido sus discursos contra el progresismo, sus miembros y las ideas liberales.

Maullido: El trabajo y las decisiones de la JEP son muy valiosas. Las rechazan quienes ‘votaron emberracados’ contra la paz de los colombianos.

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