Con una reforma tributaria
en ciernes, una más que solo busca tapar el faltante de dinero tan común a
todos los gobiernos, vale preguntarse de nuevo: ¿hasta cuándo los pobres y la
clase media seguirán subsidiando la buena vida de los ricos?
No solo es un problema
acá. El conocido economista francés, Thomas Piketty, ha demostrado cómo en Europa cada vez se cobran menos
impuestos a los ricos y el caso de Estados Unidos sí que es diciente.
Una lástima que el primer
gobierno de izquierda no haya aprovechado sus reformas para una mejor equidad tributaria,
pero hay que reconocer que no es fácil subirles impuestos a los que más tienen.
Una de las consignas de la
incipiente campaña electoral de la derecha extrema, del Centro Democrático, es
rebajar la supuesta enorme carga tributaria que pesa sobre los más pudientes,
que son, según el sonsonete que siempre han esgrimido, los que generan riqueza
y empleo.
Iván Duque trató de
hacerlo, pero subiendo la carga tributaria de los menos pudientes y ya sabemos
en qué terminó todo: en el retiro de la iniciativa y el gran estallido social
que alcanzó a asustar a los bendecidos de siempre.
Hagamos un paréntesis y
miremos lo que sucede en Estados Unidos, pues, insisto, es el espejo en el cual
se mira nuestra adoctrinada y capitalista derecha.
Un estudio de economistas
de la Universidad de California en Berkeley, que acaba de publicar The
Atlantic, demuestra que los gringos más ricos solo pagan 24 % en impuestos, número
que ha caído en los últimos años y caerá más en el futuro gracias a Donald
Trump, uno de esos superricos.
En Estados Unidos los
billonarios tienen menor carga tributaria que los millonarios y, además, que
muchos de los profesionales de clase media.
Personajes como Elon Musk,
Jeff Bezos y el mismo presidente suman una riqueza de al menos US$ 3300
millones
Mark Zuckerberg, dice el
estudio, tiene una riqueza de más de US$181 000 millones y en 2024 sus pagos
ascendieron a solo US$27 millones.
De 2018 a 2020 los 400
gringos superriquísimos pagaron apenas 1.3 % de su riqueza en impuestos, mucho
menos que el promedio de los hogares estadounidenses.
Ahora en el segundo
periodo Trump se disminuye más ese ’enorme’ gravamen, con las nuevas medidas
tributarias que lo recortan y generan huecos para evadir. De nuevo, para que el
Estado no sienta esa reducción de ingresos, se compensa con recortes en la
salud de millones de norteamericanos y la reducción de programas como el de
Asistencia Nutricional.
En un artículo en El
Espectador, Jairo Orlando Villabomna, docente e investigador de la Universidad
Nacional, y Mariana Matamoros, investigadora en Dejusticia, analizaron la
nueva reforma tributaria que discutirá el Congreso y demostraron que no se
reducen la evasión ni las gabelas tributarias de los sectores más poderosos,
dos campos con lo que Colombia pierde más de 230 billones de pesos cada año,
casi tres veces el presupuesto para educación o diez reformas tributarias.
Esas exenciones se
justifican bajo ciertas circunstancias, recordaron, y con evaluaciones
continuas que acá no se hacen. Se dice que son para fomentar la inversión y
generar empleo y no es claro que se haga.
Los beneficios tributarios
representan 8.8 % del PIB, siendo el impuesto de renta y las exclusiones del
IVA las que representan más de la mitad de un dinero que nunca ingresa al
Estado.
No solo se beneficia a las
empresas, sino a particulares. Los magistrados ganan entre $40 y $50
millones mensuales y la mitad se registra como gastos de representación, que no
pagan impuestos, mientras, afirman, un trabajador gana un salario mínimo que
apenas supera los 1.4 millones.
Imposible ignorar que mientras
los asalariados quedan clavados, los más adinerados no.
Recordemos la declaración de renta de Álvaro Urbe Vélez, quien sigue
insistiendo en la rebaja de gravámenes a los que más tienen: cero pesos
Nada justifica esas exenciones,
pero ay del que las quite. No fue este gobierno de izquierda tampoco. Le iría muy
mal y tal vez por eso lo evitó.
Como dicen los
investigadores, “Pagar impuestos parece opcional para quienes tienen la
capacidad de mover ingresos al exterior o aprovechar vacíos legales”.
Así, tanto en suelo estadounidense
como acá, los Trump, los Uribe y sus amigos se mantendrán siendo más ricos... y
los pobres seguirán pagando eso.
Maullido: se le siente el
miedo a Daniel Quintero, pues se le estrecha el cerco.

Comentarios
Publicar un comentario