Ir al contenido principal

Los dueños de la verdad

 

La mayoría de la población de Jericó (foto) rechazó la mina Quebradona. La vocación de la región es agrícola, ganadera, turística, aparte de poseer variada y nutrida riqueza natural. El proyecto también comprendía tierras de Támesis. Foto Wikipedia Commons


La reciente decisión del presidente Gustavo Petro de no permitir minería en Jericó, con lo cual se frena el proyecto Quebradona de la cuestionada multinacional AngloGoldAshanti, ha servido para mostrar una vez más cómo gobernantes y dirigentes menosprecian a la gente de la periferia.

No extraña, pero sí llama la atención cómo desde la gran ciudad, desde cómodas oficinas, siempre se ha tratado de pasar encima de la voluntad e, igual de atrevido, sobre la forma de vida de quienes residen en zonas rurales y poblaciones más pequeñas.

Sean proyectos mineros u obras de infraestructura siempre se hace primar el concepto de ‘los que saben’ y estos son, ni más ni menos, los interesados en esos proyectos.

He leído posiciones en estos días que me parecen aberrantes. Un columnista (con intereses en Quebradona) abogó por un mayor activismo científico descorazonado por la oposición de ciudadanos a esa mina. Da a entender, con eso, que solo son válidas las expresiones científicas derivadas de estudios siempre y cuando respalden lo que él piensa y las empresas quieren y persiguen.

Como si quien vive en una región no tuviera conocimiento de ella y solo hubiera que validar el del llegado de afuera o el de quien planifica desde una lejana oficina. Y como si en este caso concreto no hubiera habido estudios técnicos que desaconsejaron dar luz verde a la minera.

Es el desprecio por los otros. Así lo manifestó casi abiertamente otro columnista que dice que no era problema que la mina cobijara más sitios, a los que llamó pueblecillos, porque para todos habría regalías. Esa costumbre de ciertos economistas, empresarios y desarrollistas a ultranza de reducir todo al dinero, hasta la forma de vida de las personas.

Es lo de siempre. A quienes se oponen a una obra de interés en el centro político-administrativo de toma de decisiones se les llama incapaces, insensibles, desinformados y opuestos al desarrollo (?).

Los llaman además activistas, como si fuera algo ilegal o inmoral, disfrazando el hecho de que quienes favorecen esos proyectos son por lo general también activistas, defensores de sus causas. Es decir, el activismo es válido solo para quienes ‘sean capaces’ o ‘estén bien informados’ y, de paso, tengan intereses en los proyectos propuestos.

Para esta visión, activistas, porque lo son, solo pueden ser quienes defienden la minería o alguna obra que genera lo que para ellos es ‘progreso’ así afecte tierras, ríos, bosques y animales. O quienes defienden las ideas y creencias del sector poblacional al que pertenecen. Y reniegan del activismo de los demás, cuando el suyo con frecuencia es pagado por quienes se beneficiarán económicamente del asunto que impulsan.

Les pasa también a gobernantes, que creen que pueden pasar por encima de quien sea para dar curso a sus iniciativas. Y los acusan de lo mismo.

¿Entonces no se pueden hacer minería ni construir obras? Claro, riqueza hay que generar y minería y obras se necesitan, pero no pueden hacerse en cualquier parte. No todas las áreas se prestan para ellas. Hay recursos, en distintos casos de traslape, que son más importantes: agua, biodiversidad, bosques, aire. Y cuando se afectan varios o alguno, sin modo de evitarlo, pues no se pueden hacer.

Ni desinformados ni ignorantes. No señor. Los habitantes conocen su territorio más que cualquier otra persona y tienen todo el derecho a defenderlo cuando se amenaza y no hay manera de obviar tal amenaza.

Lo otro son empresaritos y gobernanticos (tocó llamarlos así) que creen que solo lo suyo vale y es lo importante.

Es otro fastidioso clasismo que nos han impuesto desde años inmemoriales: ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda que deben estar supeditados a aquellos.

Cómo no.

Maullido: ahora sí, unidos todos los medios de información contra Petro, sus funcionarios, su gobierno y sus propuestas y proyectos.

Comentarios

  1. Hola don Ramiro.....felicitaciones...solo saber que es el nivel freático, para que sirve, y como se mantiene....no se necesita ser geólogo para defender el agua "elemento vital"......saludos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Lo que quiere Uribe

  Ceremonia religiosa con los restos de Juan Carlos Triviño. Foto JEP No podía estar más encartado Álvaro Uribe Vélez por el juicio que se le sigue por compra de testigos. Pero el viejo político nunca dejará de urdir algo para su beneficio. Vamos a ver lo que se trae. Ya apareció en un video, como está acostumbrando en la red X junto a generales retirados. Dijo que discutiendo la situación de violencia. Como es obvio que mira las elecciones de 2026, se aventuró también a afirmar que el año próximo hay que acabar con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), ese ente que tanta roncha les causan a él y a sus seguidores y que fue caballito de batalla de Iván Duque. “Duerman, que yo los cuido”, decía cada noche Juan Carlos Triviño Villabón a su familia. Le decían Monstrico. Desapareció en 2014, cuando tenía 30 años, en Villavicencio. El pasado 21 de este mes, su familia en Zipaquirá pudo al fin recibir sus restos luego de 11 años de búsqueda. Un logro tras la medida cautelar de...

Medellín y el mar de su alcalde fantoche

  Así será el mar de Fico en una ciudad que siempre le ha dado la espalda al agua. Imagen de render, Alcaldía de Medellín. Con esa pose y esa voz entre medio camaján y nea, el alcalde de Medellín, Fico Gutiérrez, anunció sin sonrojarse que la ciudad tendrá su mar, porque “a nosotros no nos queda nada grande”. Será una inversión de decenas de miles de millones de pesos en el sector suroeste de la ciudad. Una enorme piscina con arena y olas. Una obra para ‘chicaniar’, como todavía decimos muchos. Extraño que el alcalde se interese por el agua, aunque esta obra tiene otra connotación. A la ciudad la atraviesan unas 250 quebradas, no pocas debajo de edificaciones y vías, pero con alguna parte descubierta. Como dijo hace poco el urbanista Alejandro Echeverri, retomando viejas ideas de otros planeadores, podrían ser parques y así cada habitante tendría uno a solo 10 minutos o menos de su casa. Mientras Medellín anuncia su mar, el río Aburrá-Medellín sigue corriendo sucio de sur a n...

El bravucón

  Con amenazas sobre aranceles al comercio, el presidente de Estados Unidos le mete miedo a casi todo el mundo. Foto Pexels Tienen miedo los inmigrantes y los naturalizados, los primeros ministros y los presidentes, los empresarios, el rey y la reina, todos por obra y gracia de una sola persona: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que se cree con el derecho de amenazar a diestra y siniestra para lograr sus propósitos comerciales que ayudarán a solventar la reducción de impuestos a los ricos. Amenaza al que hable de su gobierno, pero no le importa meterse en los asuntos internos de ellos demás. Les grita a los sudafricanos que están cometiendo genocidio contra los blancos, acusaciones infundadas sacadas de un video que mostraba otra cosa. Amenaza a Colombia porque el presidente Petro algo habló del secretario de Estado Marcos rubio, pero no tiene problemas en acusar a Brasil de perseguir al líder derechista y posible golpista, el expresidente Jair Bolsonaro y, para va...