Qué desespero, qué terrible el fiscal Francisco Barbosa. Tal ha sido su ánimo de enfrentar al presidente Gustavo Petro a como dé lugar que logró que la oposición acusara a este de amenazar la institucionalidad cuando respondió a los ataques e intentos desestabilizadores de un fiscal que cuenta de paso con la anuencia de la prensa tradicional, de derecha, que no ha informado sobre los serios problemas de corrupción y hasta actuaciones delictivas en las cabezas de esa institución.
Aunque lejos estamos de la desinstitucionalización que pregonan los
opositores, es tal el desespero por la demora de la Corte Suprema en nombrar el
remplazo de Barbosa y quede la entidad en manos de quien tiene serias
acusaciones de conductas irregulares, que muchos se han ido a las situaciones
de hecho amenazando a los magistrados como se observó en la agitada jornada de protesta
del jueves, situación que no tiene ninguna justificación y menos cuando esas
protestas son azuzadas por miembros del gobierno o de congresistas del Pacto
Histórico.
Pero es que Barbosa…
Barbosa es quien ha desestabilizado la Fiscalía con su accionar, tal es
la cantidad de irregularidades. La ha llevado a los mínimos posibles en todos
los frentes, comenzando por el aumento de la impunidad.
No investigó a los amigos y sí a los opositores y miembros del gobierno
Petro, hizo lo posible nombrando fiscales incapaces e ineptos para que el
proceso contra el expresidente Álvaro Uribe precluyera o fuera exonerado,
proceso en el que de manera extraña un ente acusador solicitó que el acusado
fuera absuelto.
Eso sí, no le tembló la mano para autoabsolvió a fiscales sobre los
cuales hay muchísimas dudas y nunca se avergonzó de nada: usó guardaespaldas
para pasear sus perros y otros para cumplir tareas domésticas, terminando su
triste gestión con un costoso libro para adularse y placas recordando su paso
en todas las seccionales de la Fiscalía.
Conocedor de su ineptitud inventó viajes frecuentes a Estados Unidos
para hablar de su gestión y ser alabado por quienes no conocen nuestra realidad
ni su pésima gestión.
En últimas es difícil explicar cómo terminó de fiscal y eso pone de presente
la inconveniencia del actual sistema de elección de los cargos de entres de
control e investigación. Deja además muy mal parados a los magistrados, que
miden a quién elegir con base en los favores que podrán recibir.
El único mérito que tenía fue ser amigo de Iván Duque, porque los antecedentes
no lo acompañaban.
El sistema actual ha permitido la elección de funcionarios de bolsillo
de los gobernantes, esos que supuestamente deberían controlarlos. Vale recordar
acá otros fiscales nefastos como Luis Camilo Osorio y Néstor Humberto Martínez.
La terna presentada por Petro rompe esa tradición y de ahí las demoras y
reticencias para la escogencia del remplazo del fatídico, inepto y vanidoso
Barbosa. Sería muy difícil que el sistema cambie, pues además beneficia a los
congresistas afines al presidente.
Ni desinstitucionalizados ni nada de eso. Solo que, es increíble, un
personaje pequeño en logros y como persona puso a parte del país político a cuestionar
al gobierno Petro y a seguidores de este a enfrentar a la Corte Suprema.
Increíble.
Maullido: con la llegada del gobernador Andrés Rendón comienzan a soplar
vientos de paramilitarismo con sus propuestas.
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